Músicos por músicos: Juliana Gattas y Zoe Gotusso

Mientras terminan de maquillar a Juliana GattasZoe Gotusso hace caso a las recomendaciones del staff de la revista y se aleja lo más posible de su colega. Sería un desperdicio que lo más jugoso de la charla se pierda ahí, en el cuchicheo previo, lejos de las cámaras y de los micrófonos. Y Zoe lo sabe muy bien. Está ansiosa por preguntar, pero más aún por dejar en claro sus límites: pide ser “cuidadas” y que se editen las partes que puedan llegar a ocasionar alguna polémica. Después se ríe de todo eso. Se la ve entusiasmada con la idea de jugar a ser periodista. Hasta vino preparada con algunas preguntas. Pero teme que la charla se ponga demasiado íntima y que ambas terminen hablando de más. Por eso, no bien arranca la grabación, toma la iniciativa. Pero la cantante de Miranda! —y flamante actriz de cine— hace gala de su experiencia y le gana de mano: “Bienvenidos a otro episodio…”. Ante la arremetida, Zoe la increpa: “¡Iba a empezar yo!”. Y ahí nomás se desata la primera risa cómplice de la jornada. Al menos, la primera delante de las cámaras.

Zoe: No sé si lo sabés, pero es real, mi primer recital fue uno tuyo. Lo cual te deja muy bien parada y a la vez distante.

Juliana: Y la vez como una señora muy mayor.

Zoe: Pero a la vez muy cerca, porque mi primer recital, en Córdoba…

Juliana: Fuiste a los tres años.

Zoe: No, fui a los… ¿Te molesta hablar de tu edad o de la mía?

Juliana: No, tengo 67 años.

Zoe: Perfecto, yo 40.

Juliana: No tenés 40.

Zoe: Dale, boluda, ¿cómo voy a tener 40? Tengo 27 años. ¿Y vos?

Juliana: Yo tengo 47 o 46. Cuando estoy por cumplir años, como todo el año me proyecto que estoy por cumplir, pienso que ya los cumplí y me sumo un año más. Me pasa todos los años.

Zoe: O sea que ahora tenés 46 y te estás sumando uno.

Juliana: 46 o 47 tengo.

Zoe: Y a los 27 tuyos, ¿en qué andabas?

Juliana: Fui mamá. Estaba embarazada y a los 28 parí. Creo…

Zoe: ¿Sabés qué? El otro día me emocioné mucho con un recorte tuyo. Lo vimos con María [Wolff], mi pareja, y hablabas de la maternidad. Es un tema que a mí me toca mucho y me encantaría. ¡Recontra! Me encanta la música, me encanta lo que hago, pero es como si no… suena horrible decirlo… es como si no bastara. Me encantaría, siempre lo supe.

Juliana: Es que a la gente que le gusta el amor le encanta eso.

Zoe: Siempre lo supe. Después lo dejé de saber. O sea, me alejé del deseo y de nuevo, te hablo de hace años, está dando vueltas en mi cabeza. Me encantaría. Y te vi hablando en un recorte. ¿Viste como es el consumo? De a poquito, pero en ese poquito como que… Juana es tu hija.

Juliana: Juana, sí. Creo que hablás de un podcast que hice con una amiga mía de España, que tiene un podcast acerca de maternidad y en unas vacaciones me dijo: “¿Querés venir a hablar y yo explico nuestra amistad y yo qué sé?”. Y me emocioné un montón. Creo que cortaron bastantes partes en las que directamente me quiebro. No era una lagrimita, porque me emociona mucho. Me emociona recordar cuando fui mamá porque era una vorágine. Y no me pasó lo mismo que a vos de proyectar o tener ganas, sino que… ¡TAC! Me pasó eso y fui recibiendo cada minuto de esa nueva realidad día a día.

Zoe: Voy a hacer una pregunta. Aprovecho que te tengo acá y que sos madre. ¿Por qué pensás que la gente tiene hijos? Porque yo me lo pregunto a mí.

Juliana: Lo que pasa que es no sé si puedo contestarla en general.

Zoe: Bueno, vos.

Juliana: De hecho, cuando la preguntaste lo primero que pensé es en cuando uno dice: “¿Para qué?”. En lo negativo, en vez de primero en lo positivo. Yo no supe bien por qué, pero sentía, con el padre de mi hija, que nos brillaban los ojos cuando hablábamos mínimamente de eso. Y fue fluyendo. Después, la respuesta te la da esa persona. Tu hija. “Ah, esto es increíble”. “Ah, nunca en mi vida sentí un amor así”. Y te sigue pasando siempre. De hecho, ahora, que mi hija tiene mi edad [risas], o sea, tiene ya 20 y somos medio como dos amigas. Porque no soy muy seria y ella es bastante madura.

Zoe: ¿Son medio amigas?

Juliana: Sí, somos amigas.

Zoe: Porque por ahí le he dicho a mi vieja si éramos amigas. No le pregunté: “Mamá, ¿somos amigas?”. Pero como que discierne la maternidad. Mirá que somos reamigas. Es como si la palabra amigas… es o madre o amiga.

Juliana: Sí, se critica, pero yo no puedo evitar sentir que somos amigas. Nos cagamos de risa, nos mandamos memes, hablamos de chicos que nos gustan y vamos a recitales juntas. ¿Cómo se le llama a eso? ¿Maternidad o amigas?

Zoe: Yo pensé que te gustaban las chicas algunas veces.

Juliana: A veces sí. A veces no me gustan ningunos.

Zoe: ¿Ningunos? ¿Ni las chicas, ni los chicos?

Juliana: Ni las chicas, ni los chicos. A veces me gustan las películas, la fantasía.

Zoe: ¿Estás en pareja?

Juliana: No.

Zoe: ¿Estoy yendo muy a lo personal?

Juliana: No estoy en pareja hace mucho tiempo. ¿Es raro eso?

Zoe: Ni en pedo. Nada es raro. Y yo soy rara y vos también sos rara.

Juliana: Somos rarísimas.

Zoe: Ella es tímida, yo también.

Juliana: Y las dos hacemos un despliegue de pelotudeces para que no se note que sos tímida, en vez de quedarte en el molde, ahí, un poco, para entrar en confianza.

Zoe: Yo ahora entré en confianza, ¿eh? No con vos. Como estás hablando de nuestro trabajo, de exponerse, y yo el año pasado frené de tocar y eso me ayudó mucho. O sea, frené de tocar un año.

Juliana: Eso te iba a preguntar yo, como periodista profesional que soy. Se me había ocurrido antes y ahora que lo decís, ese momento, no sé si lo dije en voz alta o internamente, lo banqué muchísimo. Es algo que, por un lado, podés hacer cuando sos solista, como lo sos ahora. Y me parece que, así como tenés ganas de maternar, eso fue como un acto de amor propio, muy, muy fuerte y público. Y, en un momento en el que se había abierto el mundo de nuevo, y todo el mundo estaba con hambre voraz de experiencias y cosas, y yo qué sé, vos dijiste: “Ey, no tanto”.

Zoe: Dije algo en mi cabeza que para mí fue lo mejor que me pasó, que es como: “Le perdí el sentido”. Igual, no me quiero hacer la valiente, lo dije después de muchos meses de estar desdibujada. Porque entretener, como estamos de este lado, estamos entreteniendo, sin entrar mucho en el tema, es como que hay que estar… hay que estar… hay que exponerse y me sentí muy miedosa. No sé cómo puedo decir esto.

Juliana: ¿Te dio culpa, ponele? Porque a mí me da mucha culpa todo lo que sea no estar disfrutando del lujo que es vivir de lo que me gusta. Es lo que a mí me gusta hacer, vivo de esto y por ahí no me permito sentirme cansada, abrumada, aburrida, lo que sea. Cosas renaturales que necesitamos atravesar, explorar. Para que algo sea divertido, tenés que tener un llano antes. Y da mucha culpa.

Zoe: Me dio mucha culpa. De hecho, si no me hubiese… o sea, ¿a mí qué me pasó? Me desdibujé. Porque yo tenía a los 15 este idilio, este sueño de vivir de la música. Después, pasaron cinco, seis, siete años y lo logré. Pero se ve que seguía la premisa esa. ¿Por qué digo que seguía? Porque todo lo que a mí me ofrecían, yo decía que sí. Porque es un trabajo hermoso. Pero después también un poco me empecé como a enjaular en un deseo que ya ni sé si era mío. Y digo que no me siento valiente porque no lo elegí desde la valentía. El valiente no se siente valiente. Vos quizás desde afuera lo leés así.

Juliana: No, no digo que fuiste valiente, digo que te banqué. Quería que te llegue mi aliento, como: “Che, está buenísimo esto”. Porque lo que te llega cuando tomás esas decisiones, a nivel energía de alrededor, es: “Che, hay que aprovechar… tenés que aprovechar…”. Entonces, yo sentía como: “Ey, me gustaría…”. No nos conocíamos tanto.

Zoe: Me re hubieses podido escribir y lo hubiese valorado mucho porque muchas personas, el 80% de los mensajes que me llegaron —porque también elegí hacerlo público, fue una cosa que necesitaba hacer para frenar también—, para el 80% de las personas fue como si hubiese sido una angustia muy grande. Como si estuviese internada en la cama. Había un 20% que me decía: “¡Bien!”.

Juliana: Yo quería estar en ese 20%. Capaz le di like a la publicación o algo.

Zoe: Igual, el tiempo es sabio y me lo estás diciendo. Y también estamos acá.

Juliana: Y lo pensé desde que pensamos en qué cosas podíamos charlar. Lo primero que me acordé fue eso. Bueno, además de tu música y de admirarte mucho. Cómo te plantás con la guitarra en un lugar como de poder, pero muy tierno. Esa dualidad que tenés me parece muy única, no sé si conozco a otra persona que maneje esos climas de seguridad y certeza.

Zoe: Y también hay una dualidad igual. Yo no me siento nada de lo que vos decís. O sea, entiendo lo de la ternura, lo de plantarme con la guitarra…

Juliana: No sé si es ternura, pero no ver a alguien nervioso en el escenario, a mí, últimamente me da mucho placer. Alguien tranquilo. Ahora se transmite todo en escena porque hay muchas fotos, muchos videos, la cara, no sé qué. Y ver a alguien tenso, con ganas de darlo todo, a mí no me da tanto placer por ahí como antes, no sé, en los 90, en los 2000, que era más épico todo. Y ahora es hermoso ver a alguien tranquilo haciendo lo que le gusta. Y que por ahí algo sale mal y de vuelta, tranquilidad. Yo veo mucha paz en tu show, en tu performance.

Zoe: Pienso que es una palabra común que se me dice. Por dentro siento paz, pero igual todo el tiempo quise lo otro. Una quiere lo que no tiene. Yo siempre quise la épica.

Juliana: ¿Qué querés? ¿Saltar?

Zoe: Obvio, que la gente salte en los shows y estar superlookeada. Pero no soy eso. Por ahí me ha pasado de estar en algún lugar y que me digan: “¿Ya estás lista así cómo estás vestida?”. ¡Y yo estaba re vestida! Siempre me hizo sentir muy mal eso, la simpleza. Creo que después de frenar, fue un momento clave para mí porque un poco me abracé. Saqué un disco que se llama Cursi. No la cursilería más tradicional que conocemos, creo que va mucho más allá de eso. Pero yo me sentía como muy cursi, o amorosa, o en ese lugar de la paz, cuando yo no me sentía así, pero se ve que transmitía eso. Y después me preguntaba qué era lo que yo quería transmitir, que tampoco me lo puedo preguntar tanto. Hoy estoy más tranquila con ese lugar. Y, no sé, será que estuve muchos años en mi cuartito tocando la guitarra, que es como mi lugar. O sea, si falla todo, si se me apaga el parlante, que me pasó hace poco, soy como una gran solucionadora de errores del momento. Como que sale eso mío, que es la guitarra y la voz. Bueno, eso me da mucha paz. Si todo se pudre, yo me sé los temas.

Juliana: Tenés los recursos.

Zoe: Salgo para adelante y eso está bueno.

Juliana: Me quedé pensando en lo cursi. A mí me encanta lo cursi y me parece que es, además, una cosa medio de rebelde. De no querer estar tan a la moda o vestirse como la vidriera o una cosa así. El gesto cursi, más allá del amor, o de exagerar el amor romántico, de la novela, tiene una cosa estética que es muy interesante. Y es la rebeldía. Lo kitsch, lo cursi, para no seguir una moda o lo que se espera de vos. Como decías: “¿Ya estás vestida?”.

Zoe: Entiendo, pero al final creo que lo cursi ya le pega la vuelta. O sea, yo quería ser cool. Cool no es cursi. Pero ya todos queremos ser tan cool que para mí, ser cursi es bastante top. Y la simpleza, no sé, ¿viste las alfombras rojas y los lugares de montaje? Yo me siento…

Juliana: Te digo algo con respecto a las alfombras rojas, que es una temática que me interesa muchísimo. Toda mi vida, desde chiquita, fui muy fanática del cine, de la ropa, del vestuario, del maquillaje. Todo eso me volvía loca, al igual que la música y la danza, y que las artes, ¿no? Y siempre fui muy fan, me compraba revistas de las peores vestidas en la red carpet. Había siempre un ranking —que era algo bastante cruel, pero normalísimo— de las mejores y peores vestidas. Entre las peores estaba siempre Helena Bonham Carter, la actriz de Tim Burton, y yo la amaba. Cortaba y pegaba en mis paredes a las peores vestidas. Y a eso iba con lo de la rebeldía, es un acto de pegarle una vuelta, de ser uno mismo. Ahora estamos medio cool, pero siempre busqué…

Zoe: ¿Estamos cool ahora?

Juliana: Un poco, sí. Para que todos estén contentos. ¿Están contentos? Pero siempre busqué un poco eso, que no se esperen lo próximo que voy a hacer.

Zoe: Igual la gente te quiere mucho y los complacés mucho con tu dúo, con tu proyecto solista. ¿Qué onda tu proyecto solista? Vos. Hablemos de eso.Juliana: Y eso es la libertad absoluta. Si bien en Miranda! tengo libertad, tengo un desempeño de una parte que decantó naturalmente porque Ale [Sergi] es el músico. Yo estudiaba canto cuando lo conocí, entonces me puse a cantar. Pero a mí me gustaban un montón de cosas y estudiaba un montón de cosas. Y en Miranda! pude volcar todas estas cosas que te digo porque hice puesta en escena, vestuario, maquillaje, un poco de actuación. El show como más histriónico. Y Ale se prestó a todo y nos salió este monstruito.

Zoe: Suena muy bien, igual. Si vos sos buena en A, B y C, y él es bueno en D, F, G, es match total.
Juliana: Sí, eso fue bárbaro.

Zoe: Entiendo que te sentiste libre, pero no deja de ser 50 y 50. No es por ponerlo en números, pero son dos. Ahora también sos solista. ¿En qué es más libre eso?

Juliana: En todo. En el espíritu del proyecto ya. Porque lo empecé hace un montón de años con mi amigo Álex Anwandter. Lo empecé tomando un café en Santiago. Surgió la discusión, no sé si Ale [Sergi] estaba teniendo otros proyectos y yo no. Y yo le dije: “No, yo quiero menos cosas cada vez”.

Zoe: ¿Esto hace cuántos años fue? ¿Dos, tres?

Juliana: No, antes de la pandemia. Como siete años. Alex todavía vivía en Chile.

Zoe: Pero vos querías hacer menos cosas y abriste un proyecto. O sea, otra puerta abriste.

Juliana: Claro, él me dijo eso y yo: “Cada vez menos quiero hacer”. Y él me dijo: “No, pero vos tenés que tener tu disco solista, aunque sea anecdótico”. Se encaprichó y me dijo: “Yo te voy a producir tu disco solista”. Ahí empezó el ida y vuelta. ¿De qué queremos hablar? Me empezó a escuchar muy desde la amistad. Nunca había hecho un proyecto en el que primero seamos amigos y de ahí que nazcan ideas. Frases que iba diciendo. “Esto es para una canción”. Todo muy conceptual. Maquillada en la cama, borracha en baño ajeno. Como chistes entre amigos y guiños que pensábamos que iban a quedar más internos y la gente conectó un montón. Conectó con lo más absurdo que me pasó en la vida. Tipo: “Borracha en baño ajeno”. “¡Soy!”. Todos: “¡Soy!”. Y yo hice esto para mí o por ganas de hacer algo con Álex, que además de mi amigo, es un artista que admiro un montón. Y si me dijo de hacer un disco, no le voy a decir que no. Dije: “Qué fiaca, lo voy a tener que hacer”. Porque lo amo, lo admiro un montón. Y lo hice. Pero en esto sí fui muy libre. A mis tiempos, total. Porque además yo tenía mi trabajo, tenía presiones.

Zoe: Miranda! está como hace años en una montaña rusa ascendente, ¿no?

Juliana: Sí, se viene la bajada… [risas].

Zoe: ¡Se viene la bajada, preparate!

Juliana: Casco…

Zoe: Es top la bajada, igual.

Juliana: Hay que armarse con un buen equipete. Casco…

Zoe: Bueno, quizás lo que te dijo Alex es el acto más grande de amor, ¿no?

Juliana: Sí, de amor y también de que él, para mí, lo vio. Porque yo, en ese momento…

Zoe: Vos lo debés haber tenido en el aire. Eso es lo que yo no entiendo. Si vos dijiste: “Dale, lo tengo que hacer”.

Juliana: No, yo tenía una especie de personaje de cuando cantaba jazz, porque empecé en la música cantando jazz en restaurantes. De hecho, a Ale lo conocí y yo ya tenía un show de jazz bastante ridículo…

Zoe: ¿Y era como cínico?

Juliana: Medio cínico y yo quería ser como Sergio Pángaro.

Zoe: ¿Quién es?

Juliana: Sergio Págaro es un artista que era como un dandi que se vestía…

Zoe: Me ubico perfecto, ¿medio cursi?

Juliana: Medio cursi. Muy cursi.

Zoe: Es que es medio dandi, cursi y Las Vegas. ¿Viste en ese formato?

Juliana: Claro. Y yo quería hacer eso. Lo amo a Sergio Pángaro y cantaba en el mismo lugar donde cantaba él, antes. Era como telonera de Sergio Pángaro, pero sola, con un disco de pistas que me había comprado en la calle Broadway, en el viaje de 15, con mi mamá. No había karaoke en YouTube. Comprar un disco de karaoke era un hallazgo de aquellos. Y dije: “Con esto yo voy a laburar”. Compré un disco de karaoke y, de hecho, fue lo primero que hice con Ale Sergi. Ale hacía música con la computadora y le dije: “Che, ¿no me podés cortar los solos de saxo en el disco? Porque no sé qué hacer en mi show de jazz”. Y ese fue el primer proyecto musical. En los temas de jazz se pasan, no sé, un minuto de solo de batería, y yo estaba en el restaurante… así.

Zoe: Claro.

Juliana: Los músicos, transparentes.

Zoe: Igual vos ya lo sabías, entonces…

Juliana: No, pero…

Zoe: Que querías eso sola. Vos sola eras medio…

Juliana: No, es como que yo, sola, vuelvo a ese personaje de la diva decadente. Porque me gusta. Porque me gusta para disfrazarme, me gusta. Como que uno tiene un personaje que le gusta hacer y esa fantasía volvió cuando tuve mis canciones y la excusa de hacer videos, de pensar shows y qué sé yo. Volvió esa diva decadente que estaba latente. Quedó todos estos años, en Miranda! no aparece tanto…

Zoe: ¿Y ahora? ¿En qué estás?

Juliana: Ahora estoy preparando mi show de diciembre. Porque saqué el disco y toqué solo una vez.
Zoe: ¿En dónde va a ser?

Juliana: En Niceto. O sea, estuve siete años haciendo el disco, saqué el disco, toqué en Lollapalooza y no toqué nunca más. Porque justo además Miranda! está con muchos, muchos, muchos shows. No podía visualizar un show y ensayar. Entonces me puse ahí, en Navidad.

Zoe: Perfecto, ¿qué día?

Juliana: El 20 y el 21 [de diciembre].

Zoe: Ok, justo antes de Navidad

Juliana: Justo antes de Navidad.

Zoe: ¿Te da nervios?

Juliana: Muchísimos.

Zoe: ¿Te da más nervios Miranda! o tu proyecto?

Juliana: No, mi proyecto.

Zoe: ¿Por qué?

Juliana: Porque en Miranda! tengo muy aceitado todo mi rol. Sé cómo se comporta la gente, hay un feedback de mucha fidelidad. La gente sabe lo que se espera, yo sé lo que le voy a dar. Es una cena familiar. Lo mío es… ojalá les guste… no me tiren cosas… como que por dentro siento eso. Después me voy a ir relajando.

Zoe: Es que nosotras tenemos una persona en común, que es muy amiga.

Juliana: Que trabajó bastante en mi disco.

Zoe: Lo sé, María me dijo que estabas muy nerviosa. Pero muy nerviosa.

Juliana: Pero nerviosa que no puedo ni pensar. Que me decís: “¿Estás nerviosa?”. “Ay, no sé…”.

Zoe: Pero que después cambiás el chip. Y después me dijo que estabas…

Juliana: ¿Vos decís para el Lollapalooza?

Zoe: Para el Lollapalooza.

Juliana: Ah, sí…

Zoe: Que directamente estabas haciendo unas perfos…

Juliana: Pasé de estar nerviosa a hablar cuando no tenía tiempo de show para hablar y tuve que sacar una canción. Loquísima. “Bueno, quería agradecer…”. Callate la boca y cantá, si son 40 minutos de show…

Zoe: A mí me encantan estos personajes cursis. No lo conozco a Sergio, pero probablemente cuando vuelva lo escuche. ¿Es cantante?

Juliana: Es cantante y…

Zoe: ¿Le canta al amor?

Juliana: Le canta al amor. Hace muchos covers que te van a interesar mucho.
Zoe: ¿Bolero?

Juliana: De boleros. También versiona por ahí a Virus, pero en un plan…
Zoe: Me encanta.

Juliana: Sí, porque él es de La Plata. Es un rockero que se inventó esto para llamar la atención y le salió. Bah, a mí me enamoró.

Zoe: Federico, el cantante de Virus, ¿no te parece alucinante?

Juliana: Alucinante.

Zoe: ¡Alucinante!

Juliana: Alucinante. Lo más moderno que hay. Todavía es moderno. Pero nada, ¿eh? Ni lo que se pone pasa de moda. No sé con qué lupa o cómo fue que pasó eso porque el resto de las cosas sí decís: “Ah, esto es re 80 o re 90”. No sé, Virus es ahora. Siempre.

Zoe: Ay, ¿qué te iba a preguntar a vos? Ah, si tenías amigas de la música. Es un concepto que hace tiempo lo vengo atravesando porque tengo muchos amigos de la música.

Juliana: ¿Vos decís varón o mujer? ¿Si tengo amigas mujeres?

Zoe: No, amigas mujeres que hagan lo que vos hacés…

Juliana: Soy muy amiga de Sole. De La Sole. Sole, coma, La. Soy muy amiga. La quiero muchísimo, nos queremos muchísimo.

Zoe: Gran persona también.

Juliana: Sí, la quiero muchísimo. Y cuando me decís músicas mujeres, se me apareció Sole. Después, sí, tengo un montón. María, chicas de bandas amigas de mi hija, de todas las edades. Me hago amigas fácil.

Zoe: Pero amigas…

Juliana: ¿De toda la vida? La Sole.

Zoe: No, que vos le puedas compartir: “Ay, amiga, estoy a mil… estoy viajando de acá para allá”. Alguien que… Yo creo que es un trabajo solitario. Ustedes son dos con Ale. Bueno, ahora solista sos vos, más solitario se siente. Pero, para mí, este concepto de amigas de la música, yo me sentía muy sola en eso. No tenía amigas como… no es de la guitarra solamente, no es eso. Es como del entretener, de que yo te pueda escribir…

Juliana: Alguien que no diga: “Tenés que aprovechar”. Lo entiendo.

Zoe: Si vos me hubieses mandado ese mensaje, yo lo hubiese sentido y quizás te hubiese invitado a mi casa a tomar un vino. No para levantarte, para sentirme acompañada. Eso, para mí, es un concepto. Yo no tengo muchas amigas de la música. María es una amiga de la música. Ahora por ahí nos hacemos amigas vos y yo. Vamos a ver.

Juliana: Nosotras compartimos una vez un Zoom y me caíste rebien por esto que te digo, de no ser una ansiosa y una acelerada.

Zoe: Fuimos juradas.

Juliana: En pandemia… juradas de un concurso de bandas. Y, nada, a mí ya me caías rebien. Pero por ahí yo no soy tan de hacer planes y eso porque las giras me dejan agotada. De hecho, hace mil que queremos hacer algo y recién estamos charlando, adelante de las cámaras.

Zoe: Vos sábés que desde hace tiempo queremos hacer algo. Pero mirá cómo es, que si no es…
Juliana: Si no es laburo no se mueven de la casa, se quedan mirando series.

Zoe: Entonces, ¿qué? ¿Sos workaholic?

Juliana: No, no soy workaholic. Este compromiso lo tomé solita y porque era con vos. Y, de hecho, no tengo mucho que promocionar, ni nada. Y eso me pareció bueno.